miércoles, 25 de febrero de 2009

A la víbora, víbora..

El otro día vino de visita a mi cubo el chico encargado del edificio con una pregunta que me impactó, me dijo: "¿te acuerdas de una serie que se llamaba los SwatCats?". Con un extraño brillo en los ojos (según cuentan) le dije que si me acordaba de ellos, lo cual desencadenó la competencia por una serie de series del pasado... y de ahí nos brincamos a los juegos infantiles. ¿Qué niña no jugó a la cuerda o al elástico cuando era pequeñuela?, ¿o que grupo de morritos se abstuvo de jugar a la roña, a los encantados, a los colores o a las escondidas?

Pero crecimos y dejamos de jugar (¿o no?) ... excepto por uno, ese juego tan recurrido en las bodas "A la víbora de la mar"... entonces pensé ¿Por qué existe un juego que se llama "a la víbora de la mar?", si las víboras generalmente nos provocan pánico (acuérdense de Orochimaru y de Ayame xD), entonces ¿por qué el nombre? y ¿por qué la necesidad de ponernos en la disyuntiva de quedarnos solo con Melón o únicamente con Sandía?, es cruel. Fue mi amiga wikipedia que nunca me falla la que me ayudó: "La víbora de la mar es un juego de tradición oral con origen en el romance español", bueno, no ayudó mucho después de todo ^^u

Y ahora, luego de esta introducción inútil, continúo con la verdadera historia:

Era una noche calurosa de invierno, a la hora en que todo está tranquilo y nadie molesta; acaba de llegar del trabajo luego de la dura jornada y una prueba de pista de 2400 m @.@. Llegué a mi casa, mis padres y mi hermano más pequeño estaban dormidos. Yo acababa de terminar de bañarme y pensaba en lo que me prepararía para cenar mientras acomodaba mi compu para sentarme a ver otro episodio de mi nuevo anime viejo favorito.

Decidí que la mejor opción era comer salchichas con limón y chilito así que me preparé un par y me senté ante mi compu. Era genial, la internet corría a su máxima velocidad y yo veía episodio tras episodio, era mi momento, pero entonces me dio más hambre... Fue entonces cuando sucedió, giré para bajarme de la silla y ahí estaba, frente a mi, mirándome con sus ojos de bolita, planeando sólo Dios sabe qué cosas en mi contra...

Lo primeo que hice fue saltar de regreso a la seguridad de mi silla y observar sus movimientos. "¡Oh, cielos, voy a morir!" pensé. Llamé a mis amigos buscando auxilio, pero era demasiado tarde no podían ayudarme; alguien sugirió que la matara, pero... yo no se usar el chidori (además mi karma ya es muy grande como para encima agregar un homicidio).

No, tenía que haber otra solución, pensé en sacar a la visitante indeseada a la calle pero luego recordé que había elegido esa noche para dormir "fresca" (¿me explico?), entonces no podía salir así a la calle ni llamar a los vecinos sexys para que vinieran a rescatarme. En ese momento, Oscar, que estaba conectado al mesenller me dijo "Bueno, me voy a dormir, suerte con tu inquilina"...

Había una serpiente en mi sala, interponiéndose en el camino hacia la salida y yo no tenía pantalones. Después de sostener una lucha interna, llegué a la conclusión de que no tenía alternativa, mientras la observaba me sacó la lengua y sacando valor salté sobre ella y corrí escaleras arriba a ponerme los tenis.

Bajé pronto y agarré un botecito y con sumo cuidado utilicé mis poderes de encantadora de serpientes y la metí dentro tomándola por la cola. Acto seguido cerré la tapa y abrí la puerta del frente. Afortunadamente mi otro hermano iba llegando, así que le pedí que me llevará a un lugar donde pudiera soltar a la viborilla para que viviera libre y feliz.

Condujo por las sombrías calles hasta llegar a un terreno baldío donde liberé a "Aya" con un hermoso lanzamiento para después correr despavorida de regreso al carro y a la casa.

Esa fue mi historia, y esta es la biatch que se introdujo a mi sala:


Fin (¿o no?)